
Como desde mi niñez odio el tonto cuento “El Principito”, me gustó mucho la imagen que publico en esta entrada y es que resulta que considero que la obra de Antoine de Saint Exupéry es una de las más sobre-valoradas de la literatura.
Recuerdo haberlo leído a mis 8 años de edad, estoy seguro de esto porque en ese tiempo cambié de escuela y una de mis compañeras de clase fue quien me lo prestó por un fin de semana. El sábado después del tradicional partido de futbol, llegué a casa y pasé el resto de la tarde leyéndolo. Aún tengo el recuerdo del mal sabor de boca que me dejó leer tanta fantasía estúpida con metáforas qué desde entonces me hicieron pensar que su autor debía estar mal de la cabeza, además las rosas nunca me han gustado, siempre he preferido las margaritas.
Mis comentarios no me hacen acreedor a un buen o mal gusto y mucho menos a la verdad absoluta, se trata sólo de cuestión de gustos, que tengo bien definidos desde pequeño. Además, no debo estar tan equivocado, ya que “Nana” a sus 10 años de edad me ha dado su opinión sobre el libro y no es tan distinta de la mía.
Aquí la imagen que comentaba al inicio de la entrada, me parece que en seis cuadros, tiene más suspenso y emoción que las que pueda alojar el cuento entero de Saint Exupéry.
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